Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

jueves, 23 de febrero de 2017


                                                           DESDE LAS PLEYADES




Enseñemos que sin bondad la inteligencia es ciega y torpe

 Valeria Sabater 23, febrero 2017 en Emociones53 compartidos
Niña con corazón
La bondad se transmite mediante la caricia que reconforta, el gesto que educa y el ejemplo que guía. Si plantamos en nuestros pequeños semillas de nobleza, de afecto y de empatía, daremos al mundo adultos más fuertes, personas más dignas y valientes capaces de construir sus propios caminos.
Lo cierto es que, por mucho que la inteligencia emocional esté de moda, siguen priorizándose aquellos estudios y trabajos orientados a potenciar el rendimiento de los niños en las materias escolares más tradicionales. Algo en lo que incide, por ejemplo, la ley estadounidense “Child Left Behind (que ningún niño se quede atrás), que impulsa a los alumnos y a las familias a mejorar su expediente académico con el fin de no perder ayudas económicas.
Esta ley ha propiciado el desarrollo de múltiples trabajos enfocados a una idea muy básica: desarrollar al máximo la habilidad de los niños para memorizar. Los estudios en sí resultan interesantes desde un punto de vista científico, porque se ahonda en los distintos patrones que utiliza el cerebro para establecer relaciones, para codificar datos y asentar nuevos recuerdos.
Ahora bien, lo que está sucediendo con este edicto, aprobado en su momento por el presidente George W. Bush, es que los maestros se sientan presionados y los alumnos frustrados. Es como si nuestro contexto político y social fuera por un lado, mientras la neurociencia, con los resultados derivados del conjunto de investigaciones en este contexto, nos gritara que por ahí no.
El cerebro de un niño necesita una educación más completa y compleja que la actual, que incide y estimula la práctica de estrategias mnésicas. Una atención a la memoria que va en detrimento del “cemento” que asienta los conocimientos, lo que despierta la curiosidad y lo que asienta los cimientos de una personalidad fuerte, madura y feliz.
Si somos capaces de educar, de guiar y de motivar a los niños a través de la bondad y el reconocimiento, daremos al mundo una generación mucho más digna y más preparada para los retos con los que se van a tener que enfrentar.
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nino-hada

La bondad en el cerebro infantil

Empezaremos aclarando un aspecto importante. Cuando un bebé llega al mundo es incapaz de regular sus emociones, y en su cerebro no existe ningún área donde esté instalada de forma genética el concepto de la bondad. Lo que sí hay es una necesidad innata y natural por “conectar” con el medio que le envuelve, primero con sus progenitores para sobrevivir y más adelante con sus iguales para iniciar sus primeras relaciones sociales.
Hemos de entender que el mundo emocional de los niños sigue una secuencia de desarrollo específica donde los adultos debemos ser sus guías, sus mediadores e incluso sus gestores. La reorganización neurológica de un cerebro infantil es muy compleja, ahí donde la edad cronológica no siempre marca que se asiente una función, una capacidad o un logro específico. Así, seamos pacientes y aprendamos a respetar el desarrollo físico, psicomotor y emocional de cada niño.
Además, existen una serie de factores que determinarán la calidad de ese desarrollo integral en nuestros hijos. Cuando hablamos de educar en bondad no nos referimos solo a educar en valores. Hablamos también de cómo ese universo cercano -lleno de caricias, miradas y reconocimiento- configura sin duda esa conexión capaz de conseguir un mejor desarrollo neuronal.
cerebro con flores
Un niño puede establecer un contacto con la bondad desde edades muy tempranas. La percibe a través de la voz de su madre y de los brazos de su padre. La nota cuando aprende a hablar y es escuchado, cuando lo guían con el ejemplo, cuando regulan sus emociones y le enseñan a valorar a los demás, a respetarlos y a respetarse también a sí mismo.
La bondad es mucho más que un valor, es un canal de aprendizaje excepcional.

Claves para educar en bondad

Hablábamos al inicio de que la línea curricular de muchos centros escolares pasa por priorizar el rendimiento académico en asignaturas clásicas por encima de la Inteligencia Emocional. Bien, queda claro que ninguno de nosotros vamos a poder cambiar lo que nos exige la sociedad, por ello vale la pena educar emocionalmente a nuestros niños para que estén preparados ante estas demandas. Se trataría pues de guiar desde el hogar, de ser buenos gestores emocionales desde que nuestros hijos están en la cuna y dan poco a poco sus primeros pasos.
A continuación, os damos algunas claves para conseguirlo.

Educar en respeto, educar en bondad

Algo muy real y que el libro “Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen” nos explica muy bien es que todos somos excelentes padres, hasta que somos padres. Es decir, antes de tener niños idealizamos la crianza y tenemos muy claro lo que haríamos y lo que no. Más tarde, cuando llegan los hijos la vida real nos da la “bienvenida”.
  • Para educar en respeto y bondad es necesario ser unos padres pacientes. La crianza es una aventura diaria, ningún día es igual y las exigencias de un niño pueden cambiar de un momento a otro. Lo más importante en estos casos es que nosotros mismos seamos siempre iguales para ellos, igual de accesibles, igual de afectuosos, pacientes, con las mismas normas y los mismos ejemplos que inculcar.
  • Otro consejo que nos dejó María Montessori es la necesidad de sembrar en el niño ideas de nobleza desde edades muy tempranas aunque no las entienda. Ya llegará día en que esa semilla ofrezca su fruto.
Manos sujetando una flor
Por último, no podemos olvidar que la bondad es una de las cualidades que mejor refleja la esencia humana. Educar en bondad es enseñar civismo, es respetar al otro, es amar la naturaleza y no menos importante, amarse también a uno mismo.
Guiemos a los niños en este camino que día a día, les ayudará sin duda a disfrutar de una vida más plena.



                                                       DESDE LAS PLEYADES



Sé tú mismo y las personas adecuadas llegarán a tu vida

 Valeria Sabater 22, febrero 2017 en Psicología13028 compartidos
mujer
Sé auténtico, soñador, amable, a instantes cabezota e incluso poseedor de un punto locura que te hace único. Sé tú mismo, defiende tu identidad en cada instante de tu vida aunque a muchos no les agraden tus rarezas, tus opiniones o tus manías. Mantén tu esencia y las personas adecuadas llegarán cuando menos te lo esperes.
Esta idea, que a simple vista a todos nos parece lógica, comprensible y esperable, es una de las principales razones por las que una persona acude a la consulta de un psicólogo. Los síntomas casi siempre son los mismos: agotamiento mental, cansancio físico extremo y la sensación de que uno ha perdido el rumbo, de que ha quedado diluido entre las prioridades ajenas, las presiones del entorno y el sonido de un mundo con el que ya no se identifica.
Cuando dejamos de ser nosotros mismos para ser lo que otros esperan, perdemos lo más hermoso de nuestro ser: la propia identidad. Aún más, cuando dejamos a un lado lo que nos hace únicos para convertirnos en una persona “estándar”, solícita y manejable que a todo se ajusta, permitimos que entren en nuestra vida personas a las que en realidad querríamos lejos.
Poco a poco y sin que nos demos cuenta, nuestros días adquieren una tonalidad gris, ahí donde no existe el brillo que inspira ni la espontaneidad que alegra y motiva. Así, es nuestra responsabilidad descubrir y defender nuestra propia luz, aquello que nos hace distintos, aquello que nos convierte en seres irrepetibles para un mundo que somos sustituibles.
camisa

Ser un mismo en un mundo de personas iguales

William Ury, cofundador del programa de negociación de la Universidad de Harvard, es uno de los mayores expertos en temas de comunicación. Muchos de sus trabajos son contribuciones muy valiosas al campo del crecimiento personal. En ellos también describe algunos procesos psicológicos con los que aprender a ser más felices en estos entornos personales, sociales y profesionales complejos y muy demandantes.
En el libro “Getting to Yes with Yourself” (“Obtenga un sí de usted mismo”) del doctor Ury nos explica que el mayor problema que tenemos las personas a la hora de comunicar, de llegar a acuerdos o incluso de establecer relaciones personales significativas es que no creemos en nosotros mismos. Cuando uno se siente inseguro se coloca máscaras, se viste con armaduras y calza pies de plomo. Si vivimos con temor atraeremos el fracaso en todos sus niveles.
Ser uno mismo, en una sociedad que se empeña en crear personas iguales no es fácil. La escuela se esfuerza por enseñar a los niños a pensar del mismo modo y en aunar aptitudes en una misma jerarquía. Por otro lado, muchas empresas también prefieren trabajadores dóciles que no desafíen la política de la organización. No es fácil ser único cuando los indicadores marcan para todos el mismo camino y el mismo destino. 
mujer con ciervo
A pesar de todo ello estamos obligados a esforzarnos, a luchar y a defender lo que somos: personas irrepetibles. Ser fiel a uno mismo nos puede costar ser incomprendidos, ser el niño solitario de las filas de atrás o ese empleado contestón que protesta por todo y que se empeña en improntar en su labor un tinte personal. Es complicado, lo sabemos, sin embargo ser capaz de darnos el sí a nosotros mismos es el punto de partida para acercarnos a una felicidad real.

Sé tú mismo y las personas especiales llegarán a tu vida

Las personas auténticas, libres, espontáneas y con un punto de adorable locura, atraen. Esto es así por una razón muy sencilla: se han dicho “sí” a ellas mismas, “sí” a aceptarme tal y como soy, “sí” a ser yo aunque a ti no te agrade.
En el momento en que damos este paso tan valioso a la vez que complejo, todo cambia. Nuestras conversaciones son más seguras, ya no nos preocupa desagradar porque no buscamos complacer, ni nos obsesiona ser aceptados a toda costa. De este modo, y gracias a este estado mental y emocional, tarde o temprano “atraemos” a los mejores amigos, a la pareja más especial y maravillosa: esa que nos acepta y nos quiere tal y como somos, sin ni un gramo de artificio, sin una pizca de inseguridad o falsedad.
A continuación, te proponemos que reflexiones sobre una serie de dimensiones que te ayudarán a reafirmarte: a dar ese “sí” a tu propia y maravillosa identidad.
pájaros en la importancia de ser tú mismo

Claves para ser tú mismo y atraer a las personas que quieres

Antes de influenciar o de crear un impacto en los demás para atraer a quien nos interesa, es necesario establecer una primera influencia o un lazo fuerte con nosotros mismos. Esa confianza en el propio ser es lo que nos abrirá las puertas. Te explicamos cómo hacerlo.
  • Ponte en tus zapatos. Es muy posible que estés acostumbrado/a a ponerte en el lugar de los demás, pero… ¿cuánto tiempo hace que no tomas contacto con tus necesidades, emociones y realidades internas? Hoy es un buen día para empezar.
  • Inicia un compromiso contigo mismo. Inicia un plan donde llegar a acuerdos firmes: “NO” a hacer, decir o demostrar algo que no quiero o no pienso. “SÍ” a ser yo mismo, “sí” a actuar sin miedo.
  • Abraza tu presente. Es muy posible que la versión de ti mismo del pasado no te agrade demasiado, que te incomode. No importa. Tu oportunidad se abre en el “aquí y ahora“, así que imponte, actúa, crea, transforma y deja la impronta de tu identidad en cada cosa que haces.
Por último, y no menos importante, recuerda siempre el famoso lema de “ser y dejar ser”. Las personas auténticas y únicas se valoran y se quieren a sí mismas, pero a su vez también dejan ser a los demás y respetan sus universos personales. Ser nosotros mismos, en esta sociedad donde no siempre se respeta ese principio tan básico, es difícil; los sabemos, sin embargo vale la pena practicarlo.
Aprendamos pues a defender nuestra identidad, a mostrar con seguridad la alegría, la magia y la originalidad que todos llevamos dentro. Solo así abriremos las puertas a esas personas, a esas cosas y oportunidades que nos traerán la autentica felicidad.

jueves, 16 de febrero de 2017


                                                             DESDE LAS PLEYADES


El hecho de estar atentos ("Poner atención" o "prestar atención") no es un comportamiento único del ser humano. Lo que sí es cierto es que si no estuviésemos bien atentos, nuestra mente se hallaría sumergida en un vasto mar de estímulos y nuestros sentidos se desbordarían por la información que no podría ser procesada, es por ello que necesitamos de un mecanismo que regule dicho procesamiento cognitivo, estructurando y ordenando todas las informaciones que derivan de la actividad humana.
La atención es la capacidad para observar lo que nos interesa y dejar de mirar lo que no queremos o no deseamos ver.
Denkô Mesa
Fragmento de las enseñanzas del seminario "El poder de la atención" fechado para el 11 y 12 de marzo en la Fundación Amala.

                                                  DESDE LAS PLEYADES



Con alegría y humildad les comparto que acabo de crear una página web personal. Ha visto la luz gracias al meticuloso trabajo de mi hijo Adrian Mesa, ingeniero informático, con quien llevo semanas trabajando codo a codo. El cariño de la estética en la página central, así como en sus respectivas secciones, junto con el afinado trabajo técnico, ven ahora sus frutos. ¡Quedan TODOS invitados a pasear por ella!
El término refiere a un acto solemne que se lleva a cabo según normas o ritos establecidos. En su sentido más básico encontramos en el latín clásico la palabra caeremonia: ‘rito religioso, veneración o reverencia’. Se miramos la palabra ritus:…
DENKOMESA.COM

jueves, 9 de febrero de 2017



                                                             DESDE LAS PLEYADES



«El niño ha de aprender que no puede tener todo lo que quiere»

Una psicóloga da las claves para ayudar a los menores a manejar su frustración
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«El niño ha de aprender que no puede tener todo lo que quiere»1

Los niños que no toleran la frustración puede convertirse en adultos infelices e insatisfechos, con dificultades para manejar los inconvenientes de la vida, con problemas de agresividad, así como para respetar los límites. Y es que, explica desde el Colegio de Psicólogos, la profesional Eugenia Piñero, «intentando evitar a los niños el sufrimiento a toda costa, estamos evitando que se enfrenten a frustraciones cotidianas, que muy probablemente antes o después tendrán que afrontar. Tendemos a sobreprotegerlos y de esta forma estamos limitando su capacidad de aprender, de resolver problemas de forma autónoma e independiente y de enfrentarse a la realidad, retrasando lo inevitable, ya que es poco probable que nunca tengamos ningún problema en la vida».
«El niño ha de aprender que no puede tener todo lo que quiere», ha hecho hincapié en declaraciones a Ep. Como adultos, tendremos en cuenta la edad, ya que es normal que un menor de tres años responda con una rabieta ante una negativa, pero ante ellas, «debemos ayudarles a manejar su frustración y que sean capaces de expresarla en palabras, entendiendo que una rabieta no es la forma adecuada de conseguir lo que pretenden». De esta forma, aprenden de la herramienta fundamental del diálogo para resolver problemas.
Pero «si las rabietas no se corrigen pueden mantenerse en el tiempo y transformarse», es decir, «que en un niño de ocho años se traduce en que éste hablará mal y puede llegar a amenazar e insultar a los padres», ha advertido.
En caso de aumentar la exigencia, pueden convertirse en ser niños muy exigentes, que quieren las cosas ya, y que las piden de forma déspota. Pueden desarrollar también un exceso de apego a lo material, no valorando lo que tienen y con un pensamiento bastante rígido, no valorando otras opciones, además de poco tolerantes, ha añadido la psicóloga.
Con lo que el niño que no aprende a gestionar la frustración, podrá ser en el futuro un adulto con problemas de insatisfacción, «con problemas para respetar límites; además de personas infelices, frustradas, con dificultades para manejar los inconvenientes de la vida desde los más cotidianos a otros más complejos».
Para incidir en la idea de que no es bueno emocionalmente darles todo y a costa de lo que sea, «no hay que darles todo ni quitarles todos los problemas», los niños «no pueden vivir en una burbuja».