DESDE LAS PLEYADES

Durante la meditación, Si prestas atención al mundo interno, observarás que los sentidos se han agudizado, pero permaneces estable en ellos, como una montaña que contempla el paso del celaje en el cielo. Si observas un poco más, observarás que los impulsos primigenios e instintivos del plano emocional surgen, como las burbujas del agua hirviendo cuando entra en ebullición. Más allá de que se dirijan hacia el apego, la atracción o el rechazo, o incluso entren en el resbaladizo terreno de la indiferencia, permanece tranquilo y no reacciones de forma automática o compulsiva tratando de cambiar la postura o moverte. Algunos impulsos emocionales están bien arraigados y afloran sin esperarlo durante la meditación. Aprender a observarlos, respirarlos e integrarlos es todo un proceso de calma y ecuanimidad.

Denkô Mesa