Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

viernes, 27 de abril de 2018



                                                      DESDE LAS PLEYADES



A veces, al despertar por la mañana, podemos traer con nosotros recuerdos de nuestro paso por otras dimensiones durante la noche. Cuando el cuerpo físico duerme, el cuerpo astral se libera y explora los mundos sutiles, de los que normalmente no es consciente en el estado de vigilia. Así, no es extraño que, al abrir los ojos después de una plácida noche de sueño, nos vengan a la mente imágenes y memorias de aquello que hemos experimentado durante nuestro "descanso". Estas pueden ser algunas de ellas:
- Volar, sensación de libertad. Capacidad de desplazarse a velocidades enormes e ilimitadas.
- Reuniones con otras personas u otros seres (a veces pueden ser nuestros guías).
- Estancia en otros planetas diferentes a la Tierra.
- Avistamientos o estancia en el interior de naves estelares y encuentros con seres extraterrestres.
- Visitas a templos o lugares de sabiduría.
- Ayuda a otras personas o seres.
- Percepción de otras dimensiones (colores, geometría, sonidos, etc.).
La lista es mucho más amplia, pero puede darnos una idea aproximada de lo que llegamos a realizar mientras dormimos y de la multidimensionalidad de nuestra alma. Hemos de tener en cuenta que en ocasiones esos recuerdos pueden estar distorsionados, atenuados, o no corresponderse con lo que realmente sucedió, con el fin de salvaguardar nuestra encarnación y no alterar en exceso nuestro día a día terrestre. En cualquier caso, es más que probable que todos nosotros, en algún momento de nuestra vida física, recordemos alguna de esas experiencias nocturnas como "algo más" que un simple sueño.
Javier López
Almas Estelares

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