lunes, 5 de octubre de 2015



                                                                DESDE LAS PLEYADES


DE SOL.


Un año atrás Emilio Carrillo me sugirió "que no me pusiera en la vereda de enfrente" por lo cual le estoy muy agradecida, si bien en ese momento no comprendí sus implicancias y debo reconocer que hasta me provocó rechazo.... Hoy la comprendo perfectamente.
Existe un punto de equilibrio, que sin poner en riesgo la fidelidad hacia nosotros mismos, nos aleja de cualquier tipo de oposición, dualidad, rivalidad o péndulo, que de todos modos hubiese desencadenado una fuerza equil...ibrante contraria a lo que deseábamos obtener en primera instancia.
Esa fuerza equilibrante es ni más ni menos que el Amor que nos ayuda a discernir el hecho de que si bien todos provenimos de la misma Fuente ninguna persona en esta realidad 3D ve las cosas exactamente igual a la otra.
Ese punto neutro, punto de equilibrio o punto cero es la fuerza que necesita nuestro mundo para que esta octava paralela de la creación se enderece. Somos de los pocos que aún no han alineado su materia con su Ser y por ende con Dios y la Fuente.
La única forma de enderezar la octava en la que estamos viviendo es amándonos a nosotros mismos y los unos a los otros, sin generar polaridades ni opuestos, sin dualizar con la verdad del otro, aún con la propia, sino integrándola en nuestra esfera de consciencia mediante el Amor que somos como esencia. Esto no significa compartirla ni avalarla, significa "no ponerse en la vereda de enfrente" ....cada quien encontrará la forma de hacerlo en sus fueros internos en tanto con el "mundo externo".
Esta tercera fuerza o energía es la trialidad que conserva el caos en perfecto orden. En cada situación recordemos la trialidad, mantengamos el silencio hasta que ella llegue y actuemos una vez que la hayamos alcanzado si realmente anhelamos dar un salto de consciencia y por ende una proyección acorde a las necesidades de nuestro Ser.

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