jueves, 22 de octubre de 2015



                                                          DESDE LAS PLEYADES




La moda de la conciencia

No podemos negar que el estilo de vida en plena conciencia se ha puesto de moda. Sin embargo, ésta es una de esas modas que nunca debió no estar y nunca debería de acabar, como los jeans.

Poco a poco, las enseñanzas de oriente han permeado en nuestra cultura occidental, trayendo desde la religión budista, las prácticas de meditación y el yoga, entre otras cosas.

Como todo lo que se pone de moda, hay quienes se aprovechan y comienzan a generar recursos a costa de la esperanza de otros, sin tener una verdadera vocación. Ojo, no estoy en contra de la recompensa económica, pero no podemos olvidar que la vida en servicio debe ser la primer ancla de esta creciente industria.

En mi camino de búsqueda de la plena conciencia, he descubierto que hay muchos mitos que se basan en la mala información. Uno de esos mitos es que la meditación “te arregla”.

Antes que nada, es importante quitarle, a la meditación, tantas responsabilidades que se le han impuesto en aras de hacerla atractiva, lo cual genera una expectativa de superhéroe cuando en realidad es simple y bella en su sutileza.

La meditación no es la poción mágica que solucionará todos tus problemas, mucho menos un estilo de vida en conciencia te librará de tener reveses en la vida.

Nunca estás blindado contra los problemas, emociones y pensamientos negativos, ansiedades y frustraciones, sin embargo, sí eres más sabio a la hora de enfrentarlos.

La meditación y conciencia te asignan la primera silla en la observación de tu propio ser. Aprendes a conocer tu mente, sus pensamientos y las reacciones que podrían causar estos pensamientos. Comprendes que tu cabeza es tu propio mundo en el que se generan historias que rara vez tienen que ver con lo que en realidad sucede en tu exterior.

La meditación y el mindfulness —como se conoce en su famoso término en inglés— es una capacidad que tu mente tiene por ella misma, lo que pasa es que tienes que educarla a conectar con las emociones de compasión, conciencia plena y amor puro.

Educar, mas no reparar; eso es lo que enseña el estilo de vida consciente: te educa para estar presente, para no ser esclavo de tus pensamientos, para afrontar tu vida con menos reactividad y objetividad.

La vida en conciencia plena, en mente llena o presencia absoluta (mindfulness) no es una meta, es un camino de exploración en el que te pones en contacto con tu verdadera esencia, aprendes a honrarla en todo su esplendor, con su luz y su oscuridad y a través de estos sentimientos de compasión hacia ti mismo, comienzas a despertarlos por los demás, sin importar si son familia o desconocidos.

Adoptar un estilo de vida en conciencia no te vacuna contra enfermedades o problemas, simplemente te enseña a dejar ir, a vivir un presente sin tanto bagaje emocional y a amarte de manera incondicional.

Por Ana Bolena Meléndez

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