DESDE LAS PLEYADES
La capacidad de darnos cuenta, el llamado despertar espiritual, no es un estado definitivo, sino un proceso permanente de vigilia que sostiene el estado de alerta o plena presencia de una forma natural. Es bastante simple: cuanto menos identificados nos hallemos con una determinada idea de nosotros mismos, más podremos reconocer la profunda vinculación que nos une con todas las existencias.
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