DESDE LAS PLEYADES
En ocasiones, ayudar al otro implicará actuar y comportarse de maneras que tal vez no sean de su agrado. Ser consciente de esto te liberará de la creencia de que ayudar es darle al otro todo lo que te pida (aun cuando no te parezca correcto ni adecuado). Se puede ayudar estando ahí, pero también no estando (y facilitando que el otro tome conciencia de su apego y descubra su propio ser). Se puede ayudar dando, pero también no dando (propiciando que el otro se supere y lo consiga mediante sus propios recursos). Se puede ayudar con una sonrisa, pero también mediante un rostro serio, sin temor a expresar nuestras emociones y sentimientos... A veces, ayudar implicará ser "el malo" para la otra persona, al no cumplir sus expectativas y negarle aquello que, egoístamente, da por seguro. Ser siempre complacientes y perdernos en una amabilidad gelatinosa y desproporcionada no solo no ayudará al otro, sino que a la larga desembocará en que nosotros mismos perdamos el norte y nos agotemos. Tu misión no es ser "bueno", sino ser coherente contigo mismo y con los demás, aplicando tu propio discernimiento en cada situación y reconociendo, asimismo, las incoherencias del otro.
Javier López
Almas Estelares
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