DESDE LAS PLEYADES
No hay más tiempo que éste, pero esta autoimagen a la que nos aferramos ciegamente, se resiste de múltiples y variadas formas al cambio, es más, al saberse en verdad carente de existencia propia, niega este hecho y se atrinchera en un castillo defensivo que no tiene mayor consistencia que una hoja de otoño sobre la acera de una calle cualquiera. Basta un leve soplo para derribar esa atalaya imaginaria en la que nos sentimos aparentemente seguros. No somos lo que nos creemos ser.
Denkô Mesa
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