DESDE LAS PLEYADES
El desperdicio del tiempo ocurre más frecuentemente cuando correteamos de un sitio a otro y agotamos nuestras energías. Al sentarnos en silencio, concentramos todas nuestras energías y hacemos que incluso nuestros órganos internos funcionen más eficientemente. No es de sorprender, que en semejante estado positivo, activo, disfrutemos de la serenidad y la tranquilidad y luego si hay algo que hacer más dinámico y activo, igualmente lo hacemos sin esfuerzo.
(Preámbulo del Retiro zen de Primavera que comenzamos mañana)
No hay comentarios:
Publicar un comentario