Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

lunes, 28 de noviembre de 2016








                                                     DESDE LAS PLEYADES




Has tenido sensaciones desde que eras un feto y es posible que nunca antes nadie te haya enseñado a manejarlas. Para que puedas sentir la vida en el presente:

Primero: debes saber que tú no eres ninguna de tus sensaciones; tampoco ninguna de tus emociones ni sentimientos y mucho menos ninguno de tus pensamientos, por más que tu mente intente hacértelo creer. Tú eres el dueño de un párquing donde hay diferentes autos (sensaciones, emociones, pensamientos) y a veces puedes conducir uno, otras veces otro, pero en definitiva tú eres el conductor, no el auto. 

Segundo: una sensación es una percepción psico-fisiológica. Según el médico hindú Rajan Sankaran la sensación es el punto de conexión entre la mente y el cuerpo, el punto en que los fenómenos físicos y mentales se expresan en el mismo lenguaje, donde los límites entre estos dos reinos desaparecen y uno puede percibir realmente lo que es verdadero para todo el ser. Para Peter Levine las sensaciones corporales son las corrientes fisiológicas ocultas de la emoción. 

Tercero: una sensación solo la podemos sentir en el presente, es decir, en el interior de nuestro cuerpo. El pasado y el futuro están fuera de nuestro cuerpo, los podemos pensar, pero no los podemos sentir porque cuando los recordamos o los imaginamos automáticamente ya estamos en presente. 

Cuarto: para ser un buen conductor de sensaciones has de saber que cada vez que “te subes” en una sensación, dejas en el párquing la sensación opuesta y que la una no puede existir sin la otra. Tarde o temprano te tendrás que subir a ella, pues así está hecho el universo. 

Quinto: cuando notes que se ha activado la sensación, búscala en el cuerpo o fuera de ti. Concentra tu atención en ese punto 

Sexto: conducir una sensación es “montarse en ella” y observarla. Nada más, así de sencillo. Observarla con interés, curiosidad y atención.

Séptimo: Ahora que la tienes localizada vístela con todas las características que se presenta (tamaño, forma, color, densidad, edad, etc…) deja que te surjan características concretas. 

Octavo: Como ya sabes conducir una sensación también puedes aprender a detectar los elementos externos que la influyen: el entorno físico, personas, animales o cosas, la situación en que se da, hora del día o de la noche, lo que te dicen o te dices tú interiormente, lo que tú sueles hacer cuando la notas, así como otros aspectos que tú consideres. 

Noveno: La gracia del asunto es que una sensación como los autos de choque nunca se puede estar quieta; es decir, que está en continuo movimiento y si estás alerta notarás que sube o baja de intensidad (entre el 0 mínimo y el 10 máximo) y si estás más atento aún hay un momento en que desaparece. Y si sigues muy atento, muy atento, notarás que se empieza a transformar en su contraria. 

Décimo: Los grandes conductores de sensaciones son aquellas personas que después de mucha, mucha práctica, han logrado detectar el momento del cambio de una sensación en su opuesta. Eso sería un conductor de sensaciones de “primera”. 

Undécimo: Con la sensación detectada, a los humanos nos va bien darle un nombre lo más preciso posible. Eso nos empodera. Para nosotros los seres humanos que somos animales simbólicos el nombre es muy importante.

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