DESDE LAS PLEYADES

Muchas almas estelares se reencuentran con sus guías y "familia" galáctica durante el sueño. A veces discuten aspectos de la encarnación y valoran nuevas perspectivas a la hora de abordar los problemas que a gran parte de ellas les surgen en su día a día terrestre. En otras ocasiones, se toman un "respiro" en lo concerniente a su ajetreada vida en 3D y son recibidas a bordo de espléndidas naves interdimensionales en las que suelen reunirse con almas afines con las que compartieron otras vidas en diferentes galaxias y universos.

Durante estos enriquecedores "viajes", el alma de la semilla estelar recuerda su origen y todo lo que es como ser espiritual infinito y multidimensional; así, todo vuelve a adquirir sentido y la encarnación en la Tierra se ve como una magnífica oportunidad de crecimiento y aporte de conciencia. Cuando la referida alma estelar percibe que es el momento de regresar al plano terrestre, su conciencia viaja inmediatamente de vuelta al cuerpo físico, que despierta como si nada hubiera ocurrido.

Normalmente los recuerdos de estas experiencias (en el caso de que se conserven) son difusos y poco concretos, ya que una memoria demasiado vívida y real provocaría una añoranza y un contraste de realidades demasiado difíciles de sobrellevar para la persona implicada.
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Javier López Alhambra
Almas Estelares

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(Imagen: Annette von Stahl)

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Llega un momento en la práctica meditativa en la que sueltas y te abandonas, confías en el cuerpo, fluyes con la respiración y te das cuenta de que aunque los patrones están ahí en forma de diferentes imágenes mentales, al no alimentarlas más, al dejar que se vayan disolviendo por sí mismas, terminan por desaparecer. La experiencia que se tiene es de gozo sereno y un profundo y amoroso deseo de querer compartirlo con todos los seres. Nace así la bodhicitta.

Denkô Mesa

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El egoísmo no tiene cabida en la práctica del darse. Meditar es un ejercicio continuado de abrir las manos y presentar el corazón al universo, es una entrega desinteresada. Nuestra propia felicidad depende directamente, en primera y en última instancia, del bienestar de los demás. Muy a menudo olvidamos que todos estamos de tránsito en este viaje, que todos somos pasajeros en el bardo de la vida y de la muerte.

Denkô Mesa

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El camino de la meditación no es una solución instantánea y milagrosa ante aquello que se nos presenta, tampoco es la respuesta que aporte alguna fuerza externa. La práctica del darse cuenta es un lento, amoroso y paciente aprendizaje, capaz de desarrollar el potencial comprensivo que late en cada uno de nosotros.

Denkô Mesa