Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

jueves, 11 de abril de 2019


                                                          DESDE LAS PLEYADES



Si tienes un patrón de carencia, significa que no eres capaz de ver abundancia en lo que te rodea, sino necesidad. Nunca tienes bastante y nada te parece suficiente. Es como si en tu interior hubiese un pozo sin fondo que nunca puede ser llenado ni satisfecho. Para colmarlo, recurrirás una y otra vez a diferentes personas, objetos o situaciones, pero el vacío seguirá pidiendo más y, cuanto más recibas, más necesidad sentirás. Empezarán entonces las adicciones, tanto emocionales como de sustancias. Tu foco estará siempre fuera, a la espera de todo eso que te vuelva a "llenar": un mensaje, una llamada, una relación, un regalo, etc.
Pero todo será insuficiente. Seguramente le reprocharás al otro su actitud de "abandono", de no "preocuparse" por ti, de no llamarte ni interesarse por tu estado (claro, tú no actúas así, siempre estás "encima" del otro y te "preocupas" por él, aunque no eres consciente de que lo haces para recibir lo mismo de vuelta, y si puede ser inmediatamente, mucho mejor). Te victimizarás, culparás al otro por ser una mala persona y te irás sumiendo en el rol de víctima, de persona "abandonada" y no tenida en cuenta. El otro, lógicamente, se cansará de tu pozo sin fondo y seguramente acabará alejándose de ti, acrecentando tu desesperación y tu necesidad. Para ti será una "mala" persona más y una nueva muestra de tu "mala suerte" y de lo cruel e inhumano que es este mundo, pero simplemente estarás viendo el reflejo de tu patrón de carencia, desvalorización y victimismo.
Y volverá a sucederte lo mismo con cada persona, en cada situación, en cada momento... Qué desagradecidos, qué despreocupados, qué poco apegados, qué distanciados... con lo que yo los "quiero" a todos... con todo lo que yo les he "dado"...
Hasta que por fin mires hacia ti y te atrevas a indagar en tus patrones:
- Si doy y no recibo, ¿desde dónde estoy dando? ¿Desde la abundancia o desde la carencia?
- Si el otro se aleja, ¿por qué necesito tenerlo cerca y limitar su libertad? ¿Por qué no le permito distanciarse y que vuelva cuando lo desee? ¿Por qué me desespera su distanciamiento?
- Si siempre necesito algo que me satisfaga y me haga sentirme en paz, ¿no será que soy una persona incapaz de satisfacerse a sí misma?
- Si necesito comer en grandes cantidades o tomar determinada sustancia para sentirme "mejor", ¿por qué no me estoy sintiendo bien conmigo mismo y qué es lo que he de "tapar"?
- Si los demás no me demuestran amor, ¿no será que no me considero capaz de amarme a mí mismo?
Una reflexión profunda nos lleva a conclusiones profundas y a despertar del sueño de sufrimiento y carencia en el que seguramente estábamos atrapados. Toma conciencia: las situaciones y las relaciones no se repiten por casualidad, sino para que al fin salgan a la luz los patrones desde los que operas y comiences a ver las cosas desde una perspectiva más responsable y abundante. El cambio principal depende de ti, no de los otros.
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Javier López Alhambra
Almas Estelares

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