DESDE LAS PLEYADES




 TIENES EL PODER

El miedo es inherente a la existencia. La existencia es un paseo entre el miedo (lo que evitamos) y el amor (lo que nos atrae). El miedo tiene una función: asegurar tu supervivencia. Imagina una manada de gacelas, una de ellas es confiada, no siente miedo; se acerca una familia de leones hambrientos, las gacelas empiezan a ponerse nerviosas y las más asustadizas comienzan a huir... ¿Qué gacela crees que tendrá menos probabilidades de sobrevivir?.

Pero por otro lado, el miedo te resta poder, te puede llegar a bloquear. Modificas tus pensamientos, tu enfoque, pones la atención en tus peores temores y con ello atraes hacia tí, justo aquello que no quieres.

Y todo, porque no recuerdas lo que eres...

ERES ETERNO Y NADA PUEDES PERDER, NADA TE PUEDE DAÑAR

Cuando mueres, no desapareces, dejas tu cuerpo, como quien se quita un traje viejo para ponerse otro nuevo. Y vuelves a la fuente antes de cambiar de traje. Vuelves a tomar consciencia de qué eres en realidad. Te entristece que durante un tiempo quedará limitada la comunicación con los seres queridos que dejas aquí, no podrás abrazarles, sentirles, pero... es solo temporal. Los que quedan aquí, no saben que pueden hablarte, que puedes escucharlos y que puedes verlos, que te ríes con ellos, cuando ellos ríen... y que sufres con ellos, cuando ellos sufren... pero no puedes hacer nada, durante algún tiempo solo eres un observador... Pero por otra parte vuelves a encontrar otras almas con las que compartiste otras vidas, otros momentos... y eso te llena de felicidad. Hasta que decides volver a encarnar... y con ello, vuelves a olvidar. Y así una y otra vez.

¿Por qué olvidas?. Porque si recordarás... no vivirías las experiencias de la vida con la intensidad requerida para tu propia evolución. Experiencias que tu mismo elegiste vivir.

¿Quieres recordar?

El método es simple (simple que no sencillo). Cierra tus ojos... observa tus pensamientos, tu respiración... sin implicarte... como cuando observas un gato pasar delante sentado en el banco de un parque. Tu no eres el gato, no eres tus pensamientos, no eres tu mente, tampoco tu cuerpo... eres el que está detrás observando. Y si al final tu mente se vacía de contenidos... verás que sigues ahí... tu eres ESO.

A esto se le llama meditación... existen muchas técnicas, tal vez hayas tenido la suerte de ser iniciado en alguna, pero la finalidad es siempre la misma... vaciar tu mente y con ello acceder al PORTAL que te hará recordar. Acceder a la conciencia pura, al campo unificado, al akasha, al éter, a la fuente... da igual como le llames... al sustrato que nos une a todos y de donde surge nuestro poder.

Simple, pero no sencillo, pues requiere de mucha determinación y práctica por tu parte para conseguirlo.

IMAGINA EL MUNDO IDEAL QUE DESEAS QUE SE MATERIALICE Y NO TE DISTRAIGAS

Estamos en guerra. Una guerra por nuestras consciencias.

J