Namasté

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Namasté , "La luz de Dios en nosotros, celebra su presencia eternamente en nuestros corazones"

lunes, 6 de abril de 2020


                                                           DESDE LAS PLEYADES



Hace muchos años, un monje chino que se había pasado mucho tiempo practicando, de manera ardua y perseverante, se dio cuenta de que realmente no estaba iluminado. Acudió a su maestro y le dijo:
- Por favor, ¿puedo retirarme a una cabaña en las montañas y permanecer allí hasta que acabe mi práctica?
El maestro, sabiendo que estaba a punto, le dio permiso para hacerlo. Así, el monje caminó hacia la cima de la montaña y se encontró en el camino a un anciano que descendía transportando un hatillo. El viejo le preguntó al joven monje:
- Monje, ¿a dónde vas?
- Me dirijo a la cima dela montaña (dijo el joven) para sentarme y alcanzar la iluminación, o morir.
Puesto que el anciano tenía el aspecto de ser muy sabio, el monje se vio movido a preguntarle:
- Anciano, ¿sabes tú algo acerca de la iluminación?
El viejo, que en realidad era el bodhisattva Manjusri, del que se dice que aparecía a las personas cuando estaban listas para alcanzar la iluminación, soltó su hatillo y éste cayó al suelo. Como en todas las buenas historias zen, en ese momento el monje alcanzó la iluminación.
- ¿Quieres decir que es tan sencillo, simplemente soltar y no apegarse a nada?, preguntó el joven.
Como respuesta, el anciano recogió el hatillo de nuevo y emprendió nuevamente su camino.

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