DESDE LAS PLEYADES

La ascensión es una Línea de tiempo alternativo para la Tierra, una nueva realidad que podemos y debemos decretar y vivir todos al mismo tiempo. Por lo menos una gran parte de la humanidad. Es el renacimiento de lo colectivo como una gran unidad, el nuevo amanecer de la galaxia entera. La nueva tierra estará en el rango de planeta cristal o crístico, renacido a través de la magia de lo Divino femenino (intuición, magia y creatividad). La pandemia está desintegrando lo antiguo, para su curación y para que lo nuevo pueda nacer. Es en primavera que la naturaleza renace, el momento de invocar a la Diosa en la meditación, la danza, el canto, la oración o la música. Yo Soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy la resurrección y la Ascensión en la luz.
Pero esto justo comienza. Vendrán nuevas pruebas a lo largo de todo el año, y nadie vamos a librarnos de lo que viene, a pesar de que esta locura en concreto, la pandemia, se irá disolviendo a partir de finales de mayo y de la entrada en el verano. Al final del largo proceso que nos espera, nada ilusorio o transitorio va a sobrevivir. La energía cristal diamante que esta penetrando en nuestra atmósfera producirá un gran acelerón de la conciencia en este próximo otoño, especialmente antes de las navidades. Nada ni nadie puede parasitar ni robar energía a un ser que está consciente de su aliento y tiene activada su Presencia Yo Soy. Por decirlo de otro modo solo somos vulnerables mientras estamos bajo la onda de frecuencias de la tercera dimensión (plexo y cerebro frontal), y somos inalcanzables para la cábala oscura cuando entramos en las frecuencias de quinta dimensión (corazón profundo y fontanela).

Lo que estamos viendo desplegarse bajo nuestros ojos es el fin de la energía densa y oscura del quinto Sol que ha estado centrada en el egoísmo y la confrontación, mientras esperamos el amanecer del sexto Sol, del amor y el compartir, que ya llega. Y como esto no es poesía barata, os pregunto ¿es que no estáis hasta el gorro ya de tanto pinche tirano manipulando la realidad, actuando desde la sombra, explotando a los niños, parasitando nuestra energías, expandiendo venenos de forma legal, destruyendo los bosques, malformando las noticias y manejando nuestra vida desde detrás del escenario? Los conflictos personales tienen que acabarse, el miedo ni siquiera es humano, hemos de restaurar en las cuatro direcciones del planeta el respeto por toda vida y el vínculo con la madre naturaleza.
El tiempo de las pruebas para la humanidad acaba de comenzar hace media docena de meses (incendios, plagas, volcanes, cambio climático, alteraciones solares, pandemia) y aún habremos de ver muchas más cosas en el próximo año y medio... Por eso aunque muchos estén tentados a considerar el virus y la cuarentena como un accidente sorpresa y todos los pragmáticos deseen volver cuanto antes a lo que dejamos pendiente hace un par de meses, ya no será posible, estamos en medio de un gran cambio de conciencia profetizado mil veces y los desafíos aún se están desplegando en nuestro propio cuerpo y en el planeta. Treinta años esperando estos momentos y la fiesta ha comenzado por fin. Aleluya para los guerreros y guerreras del Arcoiris.

La política, las religiones, las estructuras legales, los negocios jerárquicos y la medicina, así como todos los aspectos de la salud, serán purificadas con lejía ultra fuerte (nunca mejor dicho después de la que estamos pasando) para que la libertad de la conciencia sea posible, todos bajo la bandera de la luz, el bien y la justicia, nos parezca aún una utopía irrealizable o no. El planeta entero será atravesado muy pronto por oleadas cíclicas de energía cósmica que consumirán en pocos años lo que hasta el momento hemos considerado como maldad, crueldad o depravación. Será la experiencia del Gran Resplandor solar, de la tormenta magnética del milenio. Lo mismo que los satélites y las torres de repetición de la frecuencia 5G al elevar el rango de Ghz acabarán destruyendo la capacidad de las células para asimilar el oxígeno en todos los seres vivos, estos seres malvados y casi siempre desalmados no podrán respirar la intensidad de las altas energías que están llegando. En su día, muy lejano, tendrán su oportunidad de redimirse pero actualmente la madre Tierra no les permitirá volver a encarnar aquí, porque la ley de la ascensión es que ningún espíritu criminal sea capaz de vivir en la Tierra.

Hay tantas amenazas para la humanidad y el planeta que da cansancio solo de pensarlo. El derretimiento de los polos, la llegada de un enorme planeta, la colisión de uno o varios meteoritos, la guerra nuclear, el rebrote de la pandemia, etc. Pero de una u otra forma, a largo plazo seremos testigos del nacimiento de un nuevo continente en el Pacífico y se considerará el hogar de la conciencia crística, como lo fue en otro tiempo la vieja Lemuria. La mujer será esencial en la nueva civilización, se ayudará a todo ser humano que la necesite en cualquier ámbito que sea, y se defenderá a ultranza la libertad y los derechos individuales de cada ciudadano. Y ¿por qué algo así? ¿No tenemos bastante con los continentes actuales? La realidad es que todo pedazo de tierra ha sido contaminado por las guerras y la sangre (guerras que son como sacrificios humanos ofrendados a los arcontes y a sus representantes humanos, que maquinan desde lo oculto; y sangre también de los sacrificios animales, carnivorismo que se utiliza para rebajar la frecuencia espiritual de la humanidad). Esta es la causa por la que todos los continentes serán barridos en mayor o menor medida por el mar, mientras emergen otras tierras en Groenlandia, en el mar frente a las costas portuguesas y también al oeste de la frontera entre Perú y Chile.

Por muy oscuros que parezcan los tiempos que estamos viviendo, el final del Quinto Sol es necesario para el nacimiento o comienzo del Sexto, la nueva línea de tiempo de la Tierra. Y es el objetivo en el que tenemos que centrarnos, ¿cómo queremos vivir en la Nova Terra? Una tierra sana y florida, limpia de venenos, llena de animales salvajes y no agresivos, y donde nuestro cuerpo es capaz de sobrevivir a los procesos de desintegración y muerte tal y como los conocemos. Se trata de salir de la conciencia ciudadana, de la dependencia a las pantallas, y de renovar el vínculo de amor por la Tierra. Todo el mundo que trabaja desde lo invisible (Elohim, seres arcangélicos, hermanos estelares, guías y maestros) está a nuestro lado, pues nosotros hemos de implementar los cambios en la materia vida. Y muchos códigos se están activando desde la estrella Alcyone que irradia a nuestro Sol (códigos femeninos de arte y sensibilidad) y que forman parte de la energía de la Ascensión.
El Sol cabalga por el espacio experimentando varias alineaciones con Orión, Sirio y las Pléyades, lugares de origen álmicol de muchos de los maestros y maestras que han encarnado durante milenios en la Tierra. Ellos crearon los códigos de resurrección para la humanidad que permitirán, después de atravesar el puente entre los mundos, que cada ser humano baje la intensidad de su tiempo de trabajo y pueda dedicarse a las actividades espirituales , creativas e intelectuales. Y mientras tanto nuestro sistema solar se llena de situaciones excepcionales, de conjunciones entre los tres grandes planetas (Plutón, Saturno y Júpiter), tal y como ya es de conocimiento general. Por fin desaparecerá el conflicto masculino femenino y las relaciones serán de puro respeto mutuo y entrega amorosa. Atravesaremos límites galácticos y conoceremos los mundos del Espíritu en sus diferentes frecuencias dimensionales; seremos capaces de saltar en grupo entre las Líneas del tiempo; y recuperaremos el contacto con nuestra Familia estelar de origen a la que pertenecemos desde hace eones, que corresponden a varios millones de años en el cómputo del tiempo terrestre.
Miyo Fiel