Imagina
el océano, amplio y profundo. En la superficie todo es movimiento. Las
olas se multiplican constantemente y chocan en la orilla, dejando
estelas de espuma blanca. Si nos atrevemos a bajar, comprobaremos que en
la profundidad no hay movimiento. Allí siempre reina la calma. Cuanto
mayor es la profundidad, mayores son la calma, la tranquilidad y el
silencio.
En nuestra mente sucede lo mismo. Y cuando meditamos... nos sumergimos en la calma de nuestro interior.
En el silencio, y sobre todo en la escucha de ese silencio, encontramos
la paz, la sabiduría y el amor desde los cuales podemos volver otra vez
al mundo, pero distintos: centrados en armonía, equilibrados en cuerpo,
mente y espíritu.
Encontrar nuestro centro y escucharlo es el eje de la meditación.
Gracias, gracias, gracias... ♥
Oscar Martín
Imagina
el océano, amplio y profundo. En la superficie todo es movimiento. Las
olas se multiplican constantemente y chocan en la orilla, dejando
estelas de espuma blanca. Si nos atrevemos a bajar, comprobaremos que en
la profundidad no hay movimiento. Allí siempre reina la calma. Cuanto
mayor es la profundidad, mayores son la calma, la tranquilidad y el
silencio.
En nuestra mente sucede lo mismo. Y cuando meditamos... nos sumergimos en la calma de nuestro interior.
En el silencio, y sobre todo en la escucha de ese silencio, encontramos la paz, la sabiduría y el amor desde los cuales podemos volver otra vez al mundo, pero distintos: centrados en armonía, equilibrados en cuerpo, mente y espíritu.
Encontrar nuestro centro y escucharlo es el eje de la meditación.
Gracias, gracias, gracias... ♥
En nuestra mente sucede lo mismo. Y cuando meditamos... nos sumergimos en la calma de nuestro interior.
En el silencio, y sobre todo en la escucha de ese silencio, encontramos la paz, la sabiduría y el amor desde los cuales podemos volver otra vez al mundo, pero distintos: centrados en armonía, equilibrados en cuerpo, mente y espíritu.
Encontrar nuestro centro y escucharlo es el eje de la meditación.
Gracias, gracias, gracias... ♥
Oscar Martín
Acababa, despues de ver un reportaje de Miguel Angel, y que su Moisés no miraba al altar, sino a la luz, como diciendo que Dios, su luz, no requiere de intermediarios ....y me salió esto que lo he puesto en el muro, pero como siempre, tiene sincronicidad, ese cachito de luz que hay ent todo lo que nos ocurre, como también os dije.
ResponderEliminarSoy todo
menos Tito
aunque también
soy eso
vaya por dios
lo siento.
No se qué se cree
el invento
estoy a punto
de tirar la toalla
y que se pudra
en el infierno.
Salvo por vosotros
que sabéis que no soy él
que estoy y soy
más adentro.
Gracias
muchas gracias
amigos
del Cielo.
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.
Muchas gracias Tito.
EliminarTira la toalla, rindete,acepta ama.
Abrazos.
ResponderEliminarSi Tito...amigo
mas adentro si ahi eres
y tambien Tito el de fuera
las dos caras de la misma moneda
luz y sombra
-------------------
Eres maravilloso tal como eres
no intentes ser otra persona
Recibe un fuerte abrazo.
Rosamaria.
esque el tito,tiene que se de sevilla,andaluz,español y del glovo terraqueo,y claro que si humano,un abrazo TITO de mis sentrañas enteras
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